LA GUERRA ÁRTICA

 

República Bolivariana De Venezuela

Ministerio del Poder Popular de Economía, Finanzas y Comercio Exterior

Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública-IUT

Especialización en Gestión de Aduana y Comercio Exterior

Cátedra: Análisis De Contenido Estratégico

Fase III, Sección 136

Esp. Ninoska Rodríguez

Licda. Madeleyn Moreno

V27150741


LA GUERRA ÁRTICA

El Ártico está pasando por un proceso de fusión. Desde 1978 se ha perdido una superficie de hielo equivalente a más del doble del tamaño del Perú. En un plazo razonable, se puede augurar un verano con un nuevo entorno, completamente limpio y abierto a la navegación. La nueva realidad del Ártico significará que el cambio geopolítico que conlleva las tensiones y los agravios no tendrá una solución sencilla.

La geopolítica del Ártico no es lo mismo que la geopolítica ártica. Es importante hacer esta distinción, porque la primera viene determinada por criterios geográficos y/o políticos; mientras que la geopolítica ártica, debe buena parte de su impacto a lo que denominaré “poder narrativo”: el poder que tienen las historias de convertir al Ártico en un espacio de y para la geopolítica. En este ámbito, dos líneas dominantes son fácilmente identificables: la primera es la del “excepcionalismo ártico”, mientras que la segunda hace referencia a la “geopolítica de las grandes potencias,” que viene de múltiples tradiciones del pensamiento geopolítico.

Conformen al calentamiento global de los últimos años, el hielo se está derritiendo en el Polo Norte, permitiendo la extracción de los recursos de dicho territorio y más aún, acortando las rutas marítimas que podrían influir en el comercio mundial. Según estudios se encuentran escondidos bajo la menguante banquisa Ártica, 90.000 millones de barriles de petróleo y 44.000 millones de gas natural, lo que corresponde al 13% y al 30% respectivamente, de las reservas mundiales de dichos recursos.

Desde entonces, el interés geopolítico de la región ha aumentado. Los países que están en esta disputa territorial y económica son: Dinamarca, Estados Unidos (Alaska), Canadá, Rusia y Noruega. Otra oportunidad que está brindando el deshielo a los países colindantes del Ártico, es que aparezcan nuevas rutas marítimas navegables por más meses al año. Estamos hablando de la Ruta Marítima del Norte, que es el paso que une los océanos Atlántico y Pacífico a través del Ártico. Es una alternativa a las travesías que cruzan los canales de Suez y Panamá. Las nuevas rutas reducen considerablemente las distancias entre Asia y Europa, lo que significa ahorrar en combustible, dinero y tiempo de navegación

Por lo cual, los países ya mencionados mantienen una tensa lucha por reclamaciones territoriales. La Convención de Derecho Marino establece que la soberanía de un país abarca hasta 320 kilómetros más allá de su costa. Pero si la plataforma continental a la que pertenece sobrepasa ese límite, la Comisión Internacional para los límites de la Placa Continental de Naciones Unidas, puede aumentar su territorio marítimo.

Este matiz ha convertido al territorio montañoso del fondo marítimo ártico, en uno de los puntos más codiciados del mundo y  Canadá, Rusia y Dinamarca demandan que dicha montaña es en realidad una extensión de su plataforma continental. Noruega por su parte, por la falta de reservas de hidrocarburos, está obligada a mirar al Ártico, donde sus rivales son Dinamarca y Rusia. Y Estados Unidos disputa un trozo del Ártico con Canadá, desde que se hizo con Alaska en 1867.

No todos los países que están en esta disputa son naciones árticas, ya que China también entró en el juego, no disputando territorios, sino haciendo negocios con Rusia, lo que hace que aumente su presencia en la zona y con Groenlandia que posee minerales muy utilizados en la industria tecnológica, por lo que ha hecho una fuerte inversión.

Esta disputa por el territorio del Ártico viene dándose desde hace años, se habla de conversaciones entre pares, con reuniones estratégicas de alto nivel, de política geoestratégica y recursos naturales (los combustibles fósiles), todo centrado en el protocolo y de ahí no pasa. Esto ocurre al menos desde el 2011 o tal vez desde mucho antes. Según los especialistas se estima que el Ártico podría contener un cuarto de las reservas mundiales aún no descubiertas de petróleo y gas.

Algunos países quieren tener el control de las rutas y otros quieren que sea de libre navegación. Rusia está invirtiendo mucho, con la esperanza de que realmente aumente mucho el tráfico, ha priorizado la modernización de todos los puertos que se encuentran en la ruta, también invirtió en una flota rompehielos de propulsión nuclear, únicos en el mundo en poseer este rompehielos. China también demuestra interés y quiere trazar una ruta de la seda helada para la exportación de minerales indispensables para la fabricación de aparatos digitales.

Hasta ahora todavía estas rutas siguen siendo un obstáculo, por la dificultad que significa navegar en aguas tan heladas, lo que provoca la duda razonable, de si las ganancias en término de distancia pueden ser anuladas por la lentitud que los barcos sufren en este tipo de aguas. Falta mucho tiempo para poder ver la real explotación del Ártico, mientras tanto, todos los países interesados deberán llegar a un acuerdo en lo geopolítico y en lo comercial.  La ambición del hombre pone en peligro una vez más a la naturaleza y sus recursos. Esperando que las autoridades pertinentes protejan el medio ambiente, la naturaleza y sus recursos, frente al poder y ambición de las grandes potencias.


BIBLIOGRAFIA

Iniseg.es (2021). El Ártico Guerra Geopolítica. Disponible en: https://www.iniseg.es/blog/seguridad/el-artico-guerra-geopolitica-por-recursos-de-petroleo-y-gas/ (Consultado: 04 de agosto de 2022)

ENLACE: https://youtu.be/fvugoM9-nuw

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